1/11/2022 UNA SEMANA DE SIETE DÍAS, OTRA VEZ

“Tengo muchos proyectos que voy a cumplir, gracias al trasplante”

Melanie Vallejo es estudiante y el 13 de octubre pasado se trasplantó de riñón en el Centro Regional de Ablación e Implante  Sur (CRAI sur) en el Hospital “San Martín” de la ciudad de La Plata. La historia comienza hace más de un año cuando Melanie por problemas de salud decide, por recomendación médica, realizarse estudios que la llevarían al trasplante renal.

Luego de varias consultas y análisis los médicos del equipo que la asistía, le informaron que el problema se había detectado en sus riñones y que  debía comenzar cuanto antes a hacer un tratamiento de diálisis, para luego ser trasplantada.

Ni Melanie ni su mamá, podían asimilar la noticia, “jamás pensamos  atravesar este problema de salud; el deporte y los hábitos saludables siempre fueron costumbre para Melanie” nos cuenta Gladys, su madre, que la acompañó durante todo el proceso de trasplante al igual que su papá, sus hermanas y hermanos, pilares fundamentales en todo este transitar, que la contuvieron  con amor en todo momento.

Durante la conversación, la protagonista de esta historia, nos cuenta que una vez  que llegaron  al CRAI Sur en el hospital “San Martín” de La Plata, tanto el equipo de salud como las trabajadoras  del área Social, la asesoraron sobre cómo  iba a ser el proceso, evacuando todas sus dudas, algo que la tranquilizó, tanto a ella como a su mamá.

“Nos dijeron que nos quedáramos  tranquilas, que todo lo que tenía que ver  con el trasplante estaba cubierto por el sistema público;  no lo podíamos creer” y agregó “la gente no sabe que existen estos lugares, no están visibilizados”, haciendo referencia a este tipo de organismos públicos que prestan servicios para todas las personas  sin cobertura médica de salud que así lo precisen.

Finalmente el pasado  13 de octubre de este año,  Melanie fue trasplantada y  el donante fue su padre.

Hoy con buena evolución espera su alta en el Hogar de Tránsito “Silvia Inés Salas” del CUCAIBA, junto a su mamá.

“Pensar que mi vida iba a tener siete días de la semana otra vez, me ponía feliz”, comenta emocionada.

Gladys, agradece cada vez que puede a todas las personas que son parte de esta red de salud,  “la verdad que llegar al hogar nos alivió un montón” haciendo hincapié en el trabajo constante de todo el equipo  y agregó: “todo el grupo  hizo todo lo necesario para que no hubiera nada por qué preocuparnos”.

Hoy, con muchos proyectos y agradecida al equipo de salud, planea recibirse de Profesora en Educación Física y comenzar, desde su lugar, a visibilizar con su testimonio un tema tan importante como es la donación y el trasplante de órganos.