22/8/2022 UMA Y CAMILA, ALGO MÁS QUE MOMENTOS COMPARTIDOS

Hospedadas en el Hogar de Tránsito “Silvia Inés Salas” del CUCAIBA, Uma Rodriguez hija menor de Paola y Javier, llegó con su mamá hace unos meses de la provincia de Chaco, para ser trasplantada de médula ósea. Lo bueno de toda esta historia es que la donante de Uma, fue Camila, su hermana mayor.
Mientras Paola se ubica en una de las mesas del hogar para comenzar la charla, nos comenta entre risas “lo intensa y enérgica” que es su hija, imaginando el reencuentro con sus amigas del barrio en su Chaco querido.
“Ella juega con las vecinitas todos los días y las extraña mucho, ya que no las ve hace tiempo” y aclara que es muy compinche de su hermano y su hermana, pese a la diferencia de edad, “por todo esto, sé que la fuerza que tiene a pesar de ser tan chica, viene de las ganas de volver a jugar como antes” sostiene Paola.
Todo comenzó con una fiebre persistente durante unos días, hace un tiempo atrás. Luego de algunas consultas médicas y viendo que la fiebre no bajaba, su doctora optó por hacerle una serie de estudios en el Hospital para descartar diagnósticos y ante los valores en los resultados, la decisión fue la internación para un control más exhaustivo.
Pasaron varias semanas de la internación y ya con los últimos resultados, la médica les avisó que había que pensar en un trasplante de médula para Uma. Inmediatamente después de esa noticia, comenzaron con los preparativos para viajar de Chaco a Buenos Aires y comenzar con el proceso de búsqueda de compatibilidad entre sus familiares más directos. Cuenta Paola que atravesar esa situación fue otra prueba que superaron juntos como familia.
“Mientras que le hacían los estudios a mi familia para ver quién podía ser donante, preparamos todo para la venida a Buenos Aires, durante el viaje notábamos cansancio en nuestra hijita y un poco de malestar, pero pensamos que era porque se hizo bastante largo”.
Una vez instalados en Buenos Aires, la mamá y el papá de Uma, hablaron con el equipo de salud que la atendía. “Nos explicaron cómo era un proceso de trasplante y obviamente no lo dudamos”.
A partir del resultado de la prueba de histocompatibilidad que le realizaron a Camilia, su hermana mayor, la doctora confirmó que se podía realizar el trasplante, “fue una mezcla de sensaciones, pero sabíamos que todo iba a salir bien”.
Así esperaron el arribo de Camila que viajó con su abuela desde el Chaco, para comenzar con el proceso de trasplante, “la verdad que nos ayudaron un montón para poder venir, estamos muy agradecidos con todas las personas que estuvieron atentas a lo que iba sucediendo” comenta Paola emocionada.
El equipo médico les explicó los pasos a seguir para saber cómo iban a suceder las cosas. El trasplante sería en Hospital de Niños, “Sor María Ludovica de La Plata”; “teníamos todo, la hermana era compatible, todos los estudios hechos, así que vamos para adelante, vamos a pelear por eso”
Después de tanto llegó el día, fue el 13 de mayo de este año y todo salió muy bien. Después de haber pasado tanto y ya más relajada, Paola, decidió ir a ver a su hijito que había quedado en su casa al cuidado de familiares: “yo me fui a ver a mí otro niño a Chaco, el papá se quedó con ella, Camila estaba re bien, todavía no cae de lo que hizo por su hermana, así que me fui más tranquila”, cuenta orgullosa.
Ya con el alta, Paola reflexiona acerca de la donación: “La verdad que me tocó pasar esto y yo les diría que se informen más que nada y después decidan donar y que esa voluntad salga de uno mismo”.
Desde CUCAIBA, le agradecemos a Paola, su familia por haber compartido su experiencia y a Uma que nos regaló una linda foto con su mamá y su amigo que la acompañó desde que comenzó todo su viaje, su querido Conejito.