01/04/2025 SU HERMANA, SU DONANTE: UNA HISTORIA QUE UNE, AÚN MÁS

Gisele Macías recibió un trasplante de médula ósea de su hermana gemela, Elizabeth. “Para las personas que necesitan un trasplante de médula ósea (CPH), los hermanos son los mejores donantes y a mí, me tocó la mejor, Elí”.

Para ser donante, la compatibilidad entre quien dona y quien recibirá el implante es fundamental para la sobrevida, por esta razón, se deben realizar una serie de estudios previos tales como compatibilidad sanguínea que asegurarán la viabilidad del proceso.

Si bien el trasplante es posible gracias a la compatibilidad, es importante dejar en claro que la decisión de ser donante está ligada directamente con el amor y la solidaridad.

Esta historia tiene dos protagonistas, una es Elizabeth, Eli para su familia, amistades y su entorno, quien le salvó la vida a su hermana Gisele.

En 2016, Gisele o “la China”, como la conocen en Quilmes, estudiaba la carrera de Educación Física y algunos malestares físicos la tenían preocupada. Si bien se lo atribuyó al estudio y la época de exámenes, le preocupaba su persistencia, “venía estudiando muchísimo, estaba nerviosa y pensé que era eso lo que me estaba pasando”.

Decidió hacer algunas consultas con especialistas y, luego de realizarse  estudios para poder ser diagnosticada lo antes posible, pudieron identificar el motivo  de su cansancio y desgano: era leucemia.

“La vida nos cambió en ese momento y enterarnos que la única solución era un trasplante de médula ósea, nos descolocó”, cuenta Gisele. Esta situación motivó inmediatamente a Eli, su hermana gemela, ya que sabía que había altas probabilidades de que ella pudiera ser su donante y así poder realizar el trasplante.

¿Qué es un trasplante de médula ósea (CPH)?

El trasplante de médula ósea es un procedimiento que consiste en reemplazar células enfermas por células sanas, o de permitir el desarrollo de células sanas sobre un terreno que, por distintas circunstancias, ha perdido las suyas.

Compartir una genética idéntica motivó tanto a Elizabeth, su donante, como a Gisele, quien iba a ser implantada.

Teniendo en cuenta la importancia de contar con una gemela, rápidamente se comenzó con el proceso. “Nosotras somos adoptadas, o sea que nadie de la familia podía ser donante directo porque es muy difícil ser compatible, por eso siempre hablo de la suerte que tuve al tener a Eli”, comenta emocionada.

Una mirada positiva que ayudó a transitar el proceso

El tipo de trasplante que recibió Gisele, se denomina singénico; es muy similar a un trasplante autólogo, porque las células son idénticas entre las del donante y receptor.

“La verdad que Eli, mi hermana, no dudó un segundo de ser mi donante y se lo voy a agradecer toda mi vida”. El  16 de agosto de ese mismo año se  realizó el trasplante.

“Creo que en ese transitar del proceso, entre turnos, estudios y cuidados, Eli y yo nunca tomamos conciencia de lo que estaba por acontecer, mi hermana gemela me iba a salvar la vida, eso para nosotras iba a ser increíble”, afirma Gisele.

La relación entre hermanas gemelas suele estar llena de coincidencias y como bien dicen ellas, es una sensación inigualable la que las une, “una conexión sublime”, definen.

Su recuperación fue como el equipo de salud que la asistió esperaba, y reaccionó muy bien a todo el proceso; sus valores empezaron a nivelarse rápidamente. “Algo muy loco fue que cuando se terminó todo, yo me sentía con mucha energía y con unas ganas tremendas de comer, cosas que no me pasaban hacía rato”.

Las gemelas Macías cuentan que el trasplante les cambió la visión de la vida.  Hoy, Gisele agradece la actitud de su hermana y valora aún más tenerla. “Cuando me dieron de alta estuve varios meses en su casa y me sentí muy cuidada siempre por Eli y su familia”.

Actualmente, a casi diez años de ese trasplante, Eli es mamá de dos niñas y mantiene una relación maravillosa con su hermana, ayudándose mutuamente en todo. Gisele, trabaja de su profesión y piensa cada vez más en la posibilidad de ayudar, desde la educación física, a quienes lo necesitan. Ya recibida, contiene a aquellas personas que hacen actividad física y están atravesando una enfermedad oncológica.

“Luego de haber realizado una formación en yoga oncológico, he podido conformar un grupo de personas maravillosas a las que apoyo desde mi profesión y con mucho amor”, detalla.

Las posibilidades de tener un familiar donante compatible son muy bajas, por este motivo es tan necesario promover la donación de CPH, Células Progenitoras Hematopoyéticas, o médula ósea, porque cuantas más personas estén inscriptas como donantes, mayor será la posibilidad de encontrar un donante compatible.

En la provincia de Buenos Aires, existen 75 centros y servicios de Hemoterapia donde las personas que deciden ser donantes de CPH (médula ósea), pueden inscribirse como potenciales donantes. Los requisitos son: tener entre 18 a 40 años, pesar más de 50 kilos y no contar con antecedentes de enfermedades cardíacas, hepáticas o infectocontagiosas, es decir, contar con buena salud.

Si querés saber dónde inscribirte como donante de CPH en la provincia, podés comunicarte al 0800-666-2258

Además, la Provincia dispone de las siguientes unidades de implantes habilitadas por el CUCAIBA:

Públicas:

Hospital Interzonal de Agudos Sor Maria Ludovica- La Plata.

HIGA General San Martín- La Plata.

HIGA Dr. Rodolfo Rossi- La Plata.

Hospital de Alta Complejidad en Red El Cruce- Florencio Varela.

Privadas:

Hospital Italiano- La Plata.

Hospital Universitario  Austral- Pilar.

Hospital Italiano de San Justo-San Justo.

 

En 2024, se realizaron 518 trasplantes de médula ósea en toda la provincia de Buenos Aires, de los cuales 446 fueron para adultos y 72 para pacientes pediátricos. Estos logros son posibles gracias a un Estado provincial presente, que a través de políticas públicas fortalece el sistema de salud y garantiza el acceso a tratamientos de alta complejidad para quienes más lo necesitan.