18/1/2023 UNA BANDA QUE AGUANTA CON EL CORAZÓN
En agosto del año 2022, Adrián Donnangelo fue trasplantado de corazón y su recuperación la transitó en el Hospital Zonal Especializado en Crónicos “El Dique” de la ciudad de Ensenada.
Fueron muchas las emociones que lo atravesaron y pese a eso, Adrián transformó todas sus incertidumbres en confianza y en agosto del año 2022, fue exitosamente trasplantado. “Estoy eternamente agradecido con la gente del CUCAIBA, con todas las personas que me salvaron la vida y agradezco especialmente al equipo de rehabilitación del Hospital El Dique, donde hicieron que pueda volver a casa caminando, así como te lo digo”.
Horacio Cerván, Director Ejecutivo del mencionado Hospital en donde Adrián llevó adelante su rehabilitación, nos cuenta que mientras estuvo internado realizó un “tratamiento de acondicionamiento para una posterior rehabilitación cardíaca convencional que se desarrolló durante 12 semanas en forma ambulatoria. Este proceso se trató de un acondicionamiento físico basado en ejercicios isotónicos e isométricos con la supervisión del equipo de kinesiólogos de la Unidad de Lesionados Medulares de la institución”. Estos tratamientos que se llevan adelante en esta unidad, tienen como finalidad optimizar el funcionamiento y minimizar los impedimentos físicos de cada persona y así poder afrontar tareas de mayor requerimiento. Cerván agrega que “como Adrián ingresó inmediatamente después del trasplante, hizo un “acondicionamiento básico” para poder realizar, luego del alta, un tratamiento convencional para su recuperación final”.
Su historia es como casi todas las historias de las personas que atraviesan un proceso de trasplante, “uno no piensa que en algún momento de su vida pueda necesitar un órgano donado para seguir viviendo”, comenta.
Años atrás, más precisamente en el 2018, Adrián se había propuesto realizar proyectos pendientes, cuestiones que siempre consultó con su gente, porque para él, compartir con sus amistades es prioridad. “Aquella tarde fui a comer con un amigo, siempre nos juntamos con los chicos y fue en ese momento que comencé a sentirme raro”, cuenta que le comentó la sensación que tenía a un amigo y este le insistió que consultara con un cardiólogo, amigo de ambos, para sacarse todas las dudas; “lo que hay que hacer cuando sentís un síntoma o algo raro en tu cuerpo es ir al médico”.
Fue a partir de esa consulta y por el resultado de unos estudios de rutina que le confirmaron que tenía una cardiopatía dilatada, diagnóstico que lo sorprendió, tanto a él como a su entorno. Con todos los estudios realizados, decidió consultar a distintos cardiólogos para no quedarse sólo con una opinión y luego de algunos consejos y sintiéndose mejor, tomó la decisión de viajar, recorrer algunos países y visitar algunas amistades que hacía tiempo no veía.
En el año 2020, el mundo se sorprendió con un virus que afectó el tránsito normal de las personas y que, luego de unas semanas y debido a su rápida propagación, se transformó en una cuarentena estricta, limitando a las personas a realizar actividades sociales; por todo esto y viendo que la situación se complicaba, decidió volver.
En ese contexto, Adrián estuvo internado en varias oportunidades a raíz de haber tenido síntomas como los que había vivenciado antes de ser diagnosticado. Con toda su historia clínica y nuevos estudios, el equipo de salud que lo asistía, le comenta que para no volver a correr riesgos, existía una alternativa y era un trasplante. Después de unos días, Adrián ingresó a lista de espera y finalmente, en agosto del 2022, fue trasplantado.
Su recuperación fue rápida y eso lo sorprendió para bien. Adrián nunca había estado en contacto con gente trasplantada y jamás imaginó lo importante que es para aquellas personas que están en lista de espera, que la sociedad tome conciencia, “son temas de los que debemos hablar en familia y hoy siento que debo transmitir, desde mi experiencia, la necesidad de ser solidarios, porque es importantísimo, ya que ser donantes permite salvar o mejorar la vida de las personas que esperan un trasplante”.
Hoy, luego de casi cinco meses, Adrián disfruta de su casa junto a sus amistades que lo acompañan y contienen desde siempre. Agradecido a las y los profesionales que lo asistieron para su recuperación, reconoce la calidez de todo el personal de salud y como esas actitudes humanas lo ayudaron a superar el proceso.