27/10/2021 HISTORIAS PARA CONTAR DEL HOGAR DE TRÁNSITO “SILVIA INÉS SALAS”

Alejo Cisnero es trasplantado renal.  Oriundo de Formosa, de donde también es su compañera de vida, Blanca. Hace 32 años decidieron cambiar de aires y se mudaron a Mar Del Plata, ciudad que los vio crecer como familia en todos los aspectos.
Hace un tiempo, Alejo comenzó con un deterioro en sus riñones detectado luego de una serie de estudios y a partir de ese diagnóstico poco alentador, pasó a ser parte de la lista de espera para un trasplante.
 El cambio fue drástico. Alejo y su familia tuvieron que aprender a convivir con los altibajos propios de esa situación. Todo fue superándose con el amor y la contención de su familia, amistades y del equipo médico que lo asistió y lo contuvo en todo momento.
No fue fácil para él cambiar sus rutinas. Alejo trabajó toda su vida en el rubro de la construcción, labor que demanda estar saludable por la fuerza corporal que requiere esa actividad. Todo le llevó tiempo, lo bueno es que contaba con mucha gente que lo quería ver bien y eso facilitó  llevar adelante el tratamiento de diálisis y los estudios médicos que precisó para controlar su salud antes de su intervención.
La mañana del 30 de septiembre de éste año, Blanca recibió una llamada bien temprano. Era del Hospital Interzonal General de Agudos “San Martín” de La Plata, avisando que su compañero debía viajar con urgencia porque le iban a realizar el trasplante.
Después de algunas complicaciones lógicas de organizar un traslado tan importante en poco tiempo, Cisnero entró al quirófano a las cuatro de la tarde aproximadamente y a las dos de la madrugada ya estaba trasplantado.
A la mañana siguiente se sorprendió bastante de lo bien que se sentía. El equipo médico le preguntaba cómo estaba ya que no podían creer que estuviera tan repuesto y de buen semblante: “Usted es de otro planeta Cisnero”, le comentaban las y los médicos que le hacían los controles de rutina, a lo que agrega:
 “En una operación te tiene que doler algo, a mí no me dolía nada” comentó.
Alejo y Blanca, su compañera, transitan el proceso de recuperación en el Hogar de Tránsito del  CUCAIBA, recientemente reinaugurado.
Cabe mencionar que el Hogar representa un recurso muy importante que es parte de la red pública y gratuita de salud. Este espacio brinda alojamiento para las personas adultas y también pediátricas con un acompañante, que de otro modo no podrían sostener la permanencia para el tratamiento (previo y pos) en un lugar próximo a donde se realizan los controles médicos.
 Tanto Blanca como Alejo destacan, además de la atención, la tranquilidad que tiene el lugar ya que es la que se precisa para estos momentos de transición del trasplante y el pos trasplante. “Venir al Hogar de Tránsito del CUCAIBA, fue y es un respiro, es estar como en casa”.
Están cómodos y felices y cada vez que pueden agradecen, desde el recibimiento hasta la contención que se les brinda, “estamos bien cuidados, nos llevan y nos traen a los controles, la comida es rica, ¿Qué más podemos pedir?”, nos comenta entre risas.