23/08/2025 DÍA PROVINCIAL DEL DEPORTISTA TRASPLANTADO
DEPORTISTAS TRASPLANTADOS Y SU LUGAR EN LA HISTORIA DE LOS JUEGOS BONAERENSES
En la provincia de Buenos Aires la categoría “Personas Trasplantadas” ocupa un lugar en la historia de los Juegos Bonaerenses. Competencias como natación, tenis de mesa y atletismo, son las disciplinas en las cuales las personas con un año como mínimo desde su trasplante, pueden anotarse y ser parte.
Desde la incorporación en el año 2022 de la categoría de “Personas Trasplantadas” en los Juegos Bonaerenses, se han inscripto 526 competidores.
Este año, comenzaron las pruebas de una nueva edición y las historias de vida de las y los deportistas, comienzan a surgir. Una de las participantes, Mariela Amaya, trasplantada de córnea, que vive en la ciudad de 9 de julio y quien va a competir en atletismo, nos cuenta que fue invitada por otra deportista Ana Gentile, también trasplantada de córnea y que compitió en otras ediciones.
Mariela comenzó a entrenar para competir y cuenta que tiene “muchas expectativas en compartir relatos y experiencias de pares”, ya que quienes compiten, además de entrenar para mejorar sus marcas, lo hacen para celebrar el encuentro y esta nueva oportunidad de vida.
Para Daniela Romero, trasplantada de corazón y competidora de natación, este 2025 va a ser su cuarto año en los juegos, mientras que Marcia Patarca, trasplantada hepática y Valeria Maidana de médula ósea, oriundas de Carlos Tejedor, esperan con ansias esta nueva edición.
“Yo desconocía todo esto de los torneos para personas trasplantadas”, asegura Valeria, y agrega que, si bien los nervios eran muchos, su experiencia fue hermosa, “el año pasado competí en atletismo y para éste me anoté en tenis de mesa”.
Juegos Bonaerenses, una herramienta de inclusión
“Los Juegos Bonaerenses son una gran política pública de la provincia de Buenos Aires además de ser un espacio de promoción de la salud que genera oportunidades”, afirma Francisco Leone, presidente del CUCAIBA. “Con este tipo de eventos se reafirma la importancia del deporte como una herramienta de inclusión”, asegura y destaca que “la donación de órganos permite salvar y mejorar la calidad de vida de muchas personas que están en lista de espera”.
La competencia también es un espacio de encuentro para quienes ya participaron, para sumar a aquellos que son parte por primera vez de esta edición y para compartir momentos gratificantes, más allá de las victorias.
Julieta Hermelo, quilmeña y trasplantada de páncreas y riñón hace siete años, cuenta que desde chica le gustaba nadar y que cuando se enteró de la posibilidad de anotarse para competir en los Juegos, eligió natación; “disfruto mucho lo que hago, es una manera honrar la vida del donante”, comenta emocionada.
Este año, Marianela Resech, trasplantada hepática, competirá en los 1.200 metros de atletismo. Afirma que a través del deporte cuida el órgano que le salvó la vida y reflexiona que es “un homenaje a nuestros donantes y sus familias”.
Los Juegos Bonaerenses se han convertido en mucho más que un certamen deportivo: son una posibilidad de visibilidad para las y los atletas trasplantados, dejando en claro que la vida después de un trasplante no solo es posible, sino que puede, con los cuidados recomendados, ser plena, activa y llena de metas por cumplir.
Gabriel Novoa, trasplantado hepático que compite en natación en los Juegos provinciales y que hoy nos representa en los Juegos Mundiales de Trasplantados (World Transplant Games) en Dresde, Alemania, comparte su experiencia: “Nunca me dediqué al deporte; después del trasplante y los controles, decidí acercarme al club de mi barrio para hacer actividades deportivas, vi que tenían pileta y comencé a nadar”, y agrega que se ha convertido en una pasión.
Quienes han dado su testimonio de vida, no solo buscan medallas, sino que también construyen momentos memorables. Todas y todos coinciden en que los Juegos Bonaerenses van más allá del deporte ya que son la posibilidad de visibilizar segundas oportunidades.