PIEL

La primera descripción de un trasplante de piel la realizó Reverdin en 1869, tras lograr un autoinjerto en uno de sus pacientes.

Hasta entonces se desconocían los aspectos inmunológicos y se creyó que se podía utilizar piel de otro individuo con buenos resultados.

En 1874 Menzel, y posteriormente en 1881 Girdner, fueron los primeros que usaron la piel de un cadáver en el tratamiento de pacientes. La transmisión de enfermedades infecciosas y el rechazo inmunológico se convirtieron en los principales escollos en la práctica de los aloinjertos .

A comienzos de siglo se planteó la necesidad de ser más restrictivos en la selección de donantes y en 1925 se recomendó usar la piel de personas sanas.

La Segunda Guerra Mundial, donde los acontecimientos bélicos se llevaron miles de vidas por quemaduras, actuó de acicate pata tratar de superar los inconvenientes.

Hasta entonces el paciente quemado era un condenado a muerte. Pacientes con el 30% o 40% de su cuerpo quemado morían en un 50% de los casos. Gracias a los avances de los últimos tiempos, en especial en los aspectos de cobertura transitoria y cobertura definitiva, los pacientes con el 70% o más de la superficie corporal quemada pueden conservar la vida. Fundamentalmente los injertos homólogos de piel cadavérica y el cultivo de epidermis son los responsables que se puedan mantener con vida quemados que antes eran imposible salvar.

Una serie de factores ha acompañado estos avances, tales como el desarrollo de unidades especiales de quemados, con una infraestructura técnica importante y equipos médicos multidiciplinarios, así como sistemas de aislamiento eficaces y la posibilidad de contar con un espectro importante de antimicrobianos locales y antibióticos sistémicos.

A su vez, los avances en el campo de las anestesia y la reanimación han permitido plantear como tratamiento de elección, la reanimación precoz de los tejidos quemados necróticos para suprimir la causa fundamental de la enfermedad: la escara, tejido necrótico que continene productos tóxicos que matan al paciente.

Definición del injerto de piel:

Es un fragmento de piel privado de su aporte sanguíneo y que levantado de su zona donante puede trasplantarse a un lecho receptor.

La piel libre tiene capacidad de prendimiento sobre cualquier superficie cruenta que esté suficientemente vascularizada. En las primeras 24 hs.

la piel se nutre por el paso de plasma exudado de la herida al sistema capilar del trasplante, luego de 24 a 72 hs. el crecimiento de nuevos capilares en el lecho del receptor invaden el injerto y producen la revascularización definitiva.

Puede utilizarse el injerto de piel total, respetando en su totalidad la capa dérmica, o los injertos dermoepidérmicos, se utiliza en diferentes grosores (finos, intermedios, gruesos) en injertos parciales.

Es de destacar la importancia de la investigación y experimentación en el uso de técnicas de cultivo tisular.

El cultivo tisular de la piel ablacionada, posibilita la expansión de los radios de cobertura del tejido inicial, hasta una superficie mil veces superior a la original.